martes, 30 de septiembre de 2008

Que piña eres hijita...

Ya ya! , ya me voy a trabajar, se me hizo un poco tarde subí las escaleras corriendo y llegue las 9.20, el día pasó casi sin darme cuenta; al mirar el reloj tenia mi sueldo en la mano y a mi jefe despidiéndose de mi, con un beso en la mejilla diciendo “todo saldrá bien ya veras”. Baje las escaleras lentamente y me dirigí a la panadería, tenia hambre (Sara siempre tiene hambre) compre una empanada de carne, la cual no me calentaron!, un triple de palta y un pie de manzana entero para mi familia.

ya en el paradero de micros con unas cuantas bolsas blancas en las manos me empecé a sentir mal; una sensación de vértigo me asalto repentinamente, las manos me temblaban y lo único que pude hacer fue apoyarme sobre un poste, mientras un taxista huevón me mira y me guiña el ojo, llega mi carro pero esta lleno, mejor espero otro, llegó otro pero igual… y así como 3 hasta que tuve que subirme en uno que demora 2 horas en llevarme a casa, pero ni modo en este SI hay asiento.

Llego, mi mamá me ofrece algo de comer, pero con el triple, la empanada y un paquete de galletas chaplin que compré en el micro es suficiente.

Las 4 p.m. Tania acompáñame a la clínica; caminé lento como para no llegar jamas; Ding Dong… el timbre de la clínica, baja la enfermera nos hace subir y sentarnos en los encuerados y poco cómodos muebles rojos que hay en la pequeña salita de espera, llama al doctor… pero este payaso se olvidó de mi segunda operación.

La enfermera en tono muy amable me dice: te operan a las 8 y ya tiene los resultados del patólogo (creyendo que con eso me pone menos nerviosa)…

De regreso en casa, mamá me pregunta ¿que pasó?, nada me operan a las 8.

Ya son las 8; mamá, peca y peco están en la salita de espera, yo en un cuarto al costado, poniéndome la bata blanca (pero se nota que no lavan con Ariel ;)), botitas y toca.

Sintiéndome la mujer mas ridícula del mundo paso a la sala de operaciones, me recuesto, miro fijamente el enorme reflector circular que esta sobre mi, recuerdo que gracias a el presencie la matanza que fue mi anterior operación, pero trato de controlarme respirar profundo y pensar que esta vez por ser mas pequeño, dolerá menos.

El doctor prepara todo, el ruido del metal me pone aun mas nerviosa, me inyectan la supuesta anestesia… que? Eso nada mas?...bueno usted sabrá.

No siento el corte, pero si gotitas de sangre rodando por mi piel… me cubren la cara con una especie de servilleta gigante, pero por el aire que produce el ventilador pequeño que refresca a los médicos, no me cubre nada, cierro los ojos y pienso cosas graciosas, muñecos, flores, gente, nuevamente muñecos, pero no sirve de nada, el dolor es insoportable, grito, lloro, me quejo, me inyectan mas anestesia, pero de que sirve si me duele mas todavía, Doctor me duele!, la anestesia no te dura mucho…“QUE PIÑA HIJITA”.

Pasada casi una hora o algo mas el medico me dice: ya casi termino, ya casi!, pero me duele doctor me duele!!!, colabora conmigo pues hijita, que ya casi termino; y quien mierda colabora conmigo? Pesé. Ya terminaron por fin, me limpian, vendan y se despiden de mí diciendo: que valiente eres Sarita.

Tengo que cambiarme, tengo algo de frío, y la enfermera no sé si por ayudarme o joderme más, me da la bata toda ensangrentada con la que me operaron para según ella darme algo de calor, por supuesto no me tape con eso que parecía un mandil de carnicero.

Salgo de la sala de operaciones, me siento en los muebles rojos, esperando los resultados del patólogo, salen todos diciendo que no es nada, los tumores son benignos, pero que debo tener hijos antes de los 25 años.

¿hijos?!!! Ja ja ja después de tanto dolor, un buen chiste. XD